“I have a habit…”

“I have a habit…”

Versión española abajo – Version française ci-dessous

The word “habit” means custom, but also religious dress. If we put the two meanings together, we could well say that its meaning is “the garment that helps me to be”. Perhaps this is why it is said that “the habit does not make the monk, but it helps him”.
The lay Dominicans of the Fraternity of the Minerva (Rome) are responsible for helping their brother friars to “be friars” through the making of their habits. Habits that are not just well-made black and white pieces of cloth, but prayers in every single measurement, cutting of the cloth, stitching of the thread, fitting of the clothes… It is a way of praying for the life that begins for a brother who is going to consecrate his life as a Preacher.
Just as our brothers of the Minerva help the novice friars to dress as Dominic in order to dress as Christ, let us all pray together for vocations to the Order of Preachers, the Dominicans.


I share with you a poem which, although it is in Spanish, captures very well the essence of our Dominican habit whether we are friars, nuns or lay people.

Yo tengo un hábito, blanco
como una vida que empieza
y, como un grito de muerte,
lo cubre una capa negra…
Y es perfecto, que la mirarlo,
vida y muerte se recuerdan
y vida y muerte se hermanan
y se amigan y se besan.
Y no es ya la muerte signo
de terrores y tristezas,
no es ya ni muerte tan sólo,
que es ¡puerta de vida eterna!

Yo tengo un hábito blanco
como una vida que empieza,
que por amor a la muerte
se cubre con capa negra.

Vida y muerte de la mano
juntas por la misma senda.
¡Que meditación tan honda
mi cuerpo sobre sí lleva!
La muerte, con sus abismos.
La vida, con sus promesas.

Blanco es el hábito mío
lo mismo que la azucena.
Y negro como la noche
de huracanes y tormentas.
Blanco, como la sonrisa.
Negro, como la tristeza.
Blanco como la alegría
y negro como la pena.
Blanco, como nieve virgen.
Negro, como la ilusión muerta.
Es blanco como la luna
y su cortejo de estrellas,
es negro como los vientos
gritando entre ramas secas.

Es blanco como la espuma
que el mar regala a la arena.
Es negro como el pecado,
-signo y cruz de penitencia-,
es blanco como la fe,
blanco como la pureza,
y porque quiso María,
-bendita Madre- que fuera,
es: ¡blanco como la Hostia
que el cuerpo del Hijo encierra!

¡Qué meditación más honda
mi cuerpo sobre sí lleva!

La vida y la muerte juntas
como alegres compañeras,
¡qué prodigio de equilibrio
y que lección de prudencia!

Negro y blanco, muerte y vida
seguiréis siendo en la tierra,
pero en el cielo seréis
negro y blanco, ¡vida eterna!


La palabra “hábito” significa costumbre, pero también vestimenta religiosa. Si unimos los dos significados, bien podríamos decir que su significado es “la prenda de ropa que me ayuda a ser”. Quizá por esto se diga que “el hábito no hace al monje, pero le ayuda”.

Los laicos dominicos de la Fraternidad de la Minerva (Roma) se encargan de ayudar a sus hermanos los frailes a que “sean frailes” a través de la confección de sus hábitos. Hábitos que no son sólo trozos de tela blancos y negros bien confeccionados, sino oraciones en cada una de las medidas, cortes de tela, puntadas de hilo, pruebas de ropa… Es una manera de rezar por la vida que empieza un hermano que va a consagrar su vida como Predicador.

Igual que nuestros hermanos de la Minerva ayudan a los frailes novicios a vestirse de Domingo para vestirse de Cristo, oremos todos juntos por las vocaciones a la Orden de Predicadores, los Dominicos.

Os comparto un poema que, aunque está en español, recoge muy bien la esencia de nuestro hábito dominicano ya seamos frailes, monjas o laicos.


Le mot “habit” signifie coutume, mais aussi vêtement religieux. Si nous réunissons les deux sens, nous pourrions dire qu’il signifie “le vêtement qui m’aide à être”. C’est peut-être pour cela que l’on dit que ” l’habit ne fait pas le moine, mais il l’aide “.

Les laïcs dominicains de la Fraternité de la Minerve (Rome) ont la responsabilité d’aider leurs frères à “être frères” par la confection de leurs habits. Des habitudes qui ne sont pas seulement des pièces de tissu noir et blanc bien faites, mais des prières dans chaque mesure, la coupe du tissu, la couture du fil, l’essai des vêtements ? C’est une façon de prier pour la vie qui commence pour un frère qui va consacrer sa vie comme prédicateur.

Comme nos frères de la Minerve aident les frères novices à s’habiller en Dominique pour revêtir le Christ, prions tous ensemble pour les vocations à l’Ordre des Prêcheurs, les Dominicains.

Je partage avec vous un poème qui, bien qu’il soit en espagnol, capture très bien l’essence de notre habit dominicain, que nous soyons frères, moniales ou laïcs.

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